Lo escencial es invisible a los ojos.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Poner en marcha los sueños.

 
  Los sueños son situaciones que anhelamos, momentos que deseamos vivir, cosas que queremos tener, personas que queremos encontrar. Cuando alguien empieza a soñar, también tiene que comenzar a hacerse cargo de que sus sueños se cumplan. Llegamos al momento de obsesionarnos con estas proyecciones y no las sacamos de nuestra mente por nada del mundo. Tal cual dijo Paulo Coelho: “La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante.” Soñamos y soñamos, esperando la hora de dormir para soñar, otros sueñan con los ojos abiertos y algunos adelantan sus horas de sueño por las ansias. 

  Sin embargo, el problema inicia cuando se escuchan esas voces que intentan oprimir nuestros sueños. Reducirlos a polvo y dejarnos sin esperanza alguna, y menos aún, con ganas de volver a soñar. “Es imposible lograrlo”. “Nunca lo vas a alcanzar”. “Seguí soñando”. La mayoría solo se limita a reír. Muchos renuncian. El 95% de las personas renuncia a sus sueños. El 5% restante insiste en cumplirlos.

  Con el paso del tiempo, una minoría de ese 95% retoma sus sueños y los pone en marcha sin vacilar. Ahí, es cuando de nosotros depende decidir hacer lo que queremos o dejar que los demás decidan por nosotros. No es fácil perseguir estos sueños, ya que muchos lo hacen más difícil, pero, ¿qué sabrán ellos?.

  Además, suelen presentarse piedras en el camino que nos hacen tropezar y nos incitan a tirar nuestros logros por la borda. Se corren riesgos y ahí es cuándo estamos más tentados a decirle adiós a todo sin importar lo que haya costado llegar a donde hemos llegado. Entonces,  tenemos que aprender a entender que lo que hace que este sueño sea tan deseado, es que llegar a el, no es fácil y que alcanzarlo, puede llegar a costarnos la vida. Y no olvidarse de que un tropezón no es caída y que un esfuerzo es un fracaso menos.

  Y así llegamos a ese lugar, a ese momento, a esa situación, a ese objeto, a esa persona en el tiempo justo. Comprendemos que si tomamos voluntad podemos realizar todo lo que nos proponemos, atravesando esa cantidad de obstáculos que nos pone la vida. Aceptamos que no es fácil, que necesitamos disposición y dedicación, el tiempo y la fuerza. Valoramos el esfuerzo que nos llevo y sonreímos cuando miramos atrás y observamos el camino recorrido. Damos gracias porque si decaímos, supimos levantarnos y seguir.

  En síntesis, para mí, “lo bueno de los sueños, es que se cumplen.”

                           Giselle Chaumont

No hay comentarios:

Publicar un comentario