Cuenta la leyenda que había un japonesito y una japonesita que desde muy pequeños eran muy, muy amigos. Tan amigos eran, que él pasaba largas horas juntando piedras y flores para realizar collares y adornos que regalaba a su amiga. Ella, le contaba historias de su familia y los antepasados, los animales y la naturaleza que los rodeaba.
Pasaron los años y esa amistad creció y se convirtió en un gran amor.
Hasta que un día, el padre de la japonesita, le dijo que era tiempo de casarse y le eligió un novio, muy buen hombre. La joven anunció a su padre que su enamorado era NACACHY y que no se casaría con ningún otro.
El padre se enfureció y le prohibió a su hija volver a ver a su novio.
Pero ella, decidida a no separarse de su amado, se fue de la casa esa misma noche, ni bien apareció la primera estrella en el cielo, hacia la playa, a encontrarse con NACACHY.
El joven la esperaba allí, y juntos comenzaron a caminar por la orilla del mar y andar un largo camino.
Cuando el padre de la muchacha se enteró de su huida, salió en su búsqueda con un grupo de hombres, dispuesto a traer a su hija a casa y a castigar al muchacho.
Amanecía ya, y el grupo de japoneses diviso las siluetas cansadas de los jóvenes a lo lejos. Al ver la japonesita que su padre los había encontrado pidió ayuda al mar:
-¡Dios del Mar, ayúdanos a escondernos de mi padre, que nos quiere separar! Y se introdujeron en él.
Entonces el mar, que ama a todas sus criaturas, se elevó muy fuerte hacia arriba, con olas enormes como las de un tsunami. Y cuando el grupo de hombres llegó, se retiraron del lugar corriendo con mucho miedo, por la bravura que veían en él.
Inútilmente buscaron por todos lados, nunca más volvieron a saber de ellos. Por las noches, dice la leyenda, que los dos japonesitos ríen tomados de la mano bajo el manto de estrellas, el elije regalos para su amada y ella le cuenta historias del mar y la naturaleza, hasta que el sol asoma en el horizonte.
ANA MARIA LOPEZ
1ERO. 2DA.
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