El despertador le abrió los ojos.Aliviado de realidad,evoco el terror de la bestial pesadilla:
El cadáver de la muchacha aun sangraba sobre el mármol blanco.No sabia si la había matado,pero tomaba un filoso cuchillo y la descuartizaba.Luego, feliz casi, metía cabeza, brazos,piernas y torso en sendas bolsas de nailon y las guardaba en la heladera.
¿El sueño de un loco quizá? ¿Que infiernos ocultaba su mente?¿ Tendría que ver un psiquiatra? Prometió pensarlo,se vistió y, mirando su reloj,fue a abrir la carnicería
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